Una consecuencia de la
reflexión de los rayos luminosos en la superficie del espejo es la Formación de Imágenes en Espejos Planos.
La óptica geométrica
supone que los rayos luminosos cambian de dirección al llegar al espejo.
Si un punto X que emite o
refleja luz, esta frente a un espejo, el punto simétrico respecto al espejo es
el punto X’
Desde ese punto salen
infinitos rayos que se reflejan en el espejo (cumpliendo las Leyes de
Reflexión) y divergen.
El ojo capta dichos rayos
con la ayuda de su córnea y los lentes, haciéndolos converger en la retina. Al
cerebro, al interpretarlos, parece que le llegan todos desde un punto X’
situado detrás del espejo.
Los rayos siguen, desde
el objeto hasta el ojo el camino más corto, por
lo que emplean un tiempo mínimo. De la misma manera construimos imágenes
de los demás puntos de un objeto material.
El ojo ve ese conjunto de puntos detrás del espejo
y simétricos con el objeto: esa es su imagen.
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